Sin resistencia al cambio
- Patricia B. Margain ReyEros
- 4 jun 2020
- 3 Min. de lectura
Solemos entender que la paz es tener el control de todos los ámbitos de nuestra vida y eso trae sufrimiento

Como seres humanos, no sabemos enfrentar los cambios, pues sentimos que perdemos el control. Solemos entender que la paz es controlar todas las áreas de nuestra vida: relaciones, trabajo, economía, familia, etc., y cuando no es así, es decir, cuando algo cambia, nos sentimos inestables y comienza la lucha interna (inconsciente), pues pensamos que algo está mal con nosotros, que hemos fallado.
Estamos siendo exigidos desde dentro, a un cambio
Entonces, aumenta la cantidad de pensamientos abrumadores y de estrés, emociones de angustia, miedo y ansiedad, que nos generan malestar y las rechazamos. Sin darnos cuenta, luchamos con lo que pasa dentro y con lo que pasa fuera y sólo vemos caos.
Se hace inminente mirar de frente todo esto que se presenta ante nosotros, darle luz y consciencia a la crisis, al cambio, a la muerte. Esto nos llevará a la Aceptación de lo que pasa.
Recordar que en esta vida, no hay nada más natural que el cambio y el constante movimiento. Lo estático es muerte, lo estático no es natural.
Desde nuestra propia naturaleza: si la respiración se corta o nuestro corazón deja de latir, morimos. Si nuestras emociones no son removidas, si no las tocamos, se estancan, causan malestar en el cuerpo y posibles enfermedades.
El movimiento en la vida es expansión y contracción: a veces las cosas van bien, a veces no tanto, pero todo va cambiando y se mueve. Todo pasa. El corazón late, se expande y se contrae, la respiración es expansión (inhalación) y contracción (exhalación), en la vida, ¡el cambio es sano y natural!
Cuando, por miedo al cambio, nos apegamos a una forma de vida, relación, idea, que ya no nos aporta nada, dejamos de vivir con plenitud.
La solución es ir dentro, sentir, mirar qué te genera el cambio, observar tu diálogo interno, generar compasión dentro - CONSCIENCIA.
La aceptación es esencial para enfrentar los cambios. Si rechazamos solo nos contraemos.
“No está más cerca la claridad del día, sino cuando la noche es más profunda”
Justo ahora estamos en una etapa de cambio, estamos en ese tránsito de la oscuridad a la luz. Un proceso, como humanidad, de dar a luz realidades nuevas. Es como un embarazo, la diferencia, es que en el embarazo sabemos que viene un bebé, hoy no sabemos nada, sólo que estamos dando a luz a un nuevo estadío.
Estamos como si se avecinara una ola de 10m, sin saber responder sanamente ni a nosotros, ni al otro – requerimos paciencia, requerimos consciencia para poder responder ante estos estímulos y no herir al otro que está pasando por lo mismo.
Y es cuando más necesaria se hace la mirada interior. Aunque no nos demos cuenta, estamos siendo exigidos desde dentro, a un cambio, a ubicarnos de una manera diferente en el mundo.
No hay nada más natural que el cambio y el constante movimiento. Lo estático es muerte.
Estábamos totalmente enfocados en lo externo, este cambio, nos invita a mirar dentro, a encontrarnos con nosotros mismos. Ser conscientes, iluminar el espacio en nosotros, donde las emociones ocurren.
Y eso es SENTIR, simplemente sentir, sin juzgar, sin agregarle drama, ni engancharse. Sólo mirar el sentir y darle un lugar en el cuerpo: cómo se siente, dónde se siente, qué color o forma tiene. Darle cause.
Si hacemos esto, después podemos ponernos a bailar, comer, contar chistes, etc. Pues miramos la emoción TAL Y COMO ES, sin agregarle de nuestra cosecha.
Las respuestas surgen naturalmente si la mente se apacigua. Y se apacigua cuando dejamos de luchar. Cuando dejamos de pelear con ella y sus historias.
Qué hacer entonces ante los cambios:
Dejar que lo nuevo te enseñe, permitirte aprender.
Ser empátic@. Escucharte primero a ti, volver a tu centro, y desde ahí brindar apoyo / ayuda al otro.
Darte lo que necesitas, darte eso de lo que estás sedient@, es una manera de recibirlo.
Mirar qué te hace sentir bien, y hacerlo (música, baile, baño de burbujas, leer, dibujar, hacer ejercicio, meditar, etc. ) no desde el deber.
Darle ORDEN a tu dinámica. Poner límites a los espacios. Determinar un espacio de trabajo en casa, saliendo de ese espacio no se trabaja, ya.
Tener un lugar para respirar, meditar.
Somos un ser en proceso, nunca estático. Somos flujo, proceso VIVO.
Este es un gran momento para descubrir nuevos horizontes internos y dejar que ahora sea el alma quien responda.
Íbamos en el tren del “hacer”, ahora podemos elegir subirnos al tren del “ser” y lo que hagamos desde ahí traerá buenos frutos, pues empezaremos a escuchar a nuestra Sabiduría Interior... ¿Vamos?
Por: Patricia Margain
Terapeuta Holística y Facilitadora de temas de consciencia y paz interior







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