Cuando no esperas nada, todo llega

Cada vez que depositas una expectativa sobre algo o alguien, has sembrado la semilla de tu propio sufrimiento

A menudo suele escucharse “No esperes nada de nadie”, y, no sé si es una frase ya muy trillada, lo que sí sé es que NO HAY NADA MÁS CIERTO.

Cada vez que esperamos que alguien o algo cambie para ‘poder ser felices o estar en paz’, le estamos otorgando a esa persona o situación nuestro poder. No nos creemos capaces de estar en paz o ser felices desde nosotros y esperamos que alguien ahí afuera lo haga por nosotr@s.

Esperar un cambio de alguna situación o persona, es no aceptarla tal y como es, y eso hace que sufras y, la seguirás pasando mal, hasta que elijas otra manera de llegar a tu felicidad y bienestar. La buena noticia es que ¡sí la hay!

Empecemos.

Ya tenemos el paso 1 ganado: te diste cuenta que esperas mucho del mundo (llámese familia, amig@s, pareja, etc.).

Ahora que has hecho consciencia de esto que pasa en ti, mira entonces el sufrimiento, angustia, tristeza, frustración que te genera esperar que el otro cambie, sin obtener los resultados esperados.

Duele, ¿verdad?

Claro que es doloroso esperar que alguien importante cambie, muchas veces creemos que 'es necesario, por su bien’, pero muy en el fondo, queremos que cambie, porque no nos gusta a nosotros su comportamiento y CREEMOS que cambiando, todo va a mejorar.

Pues permítete entonces, sentir todo eso y darte cuenta que es sólo una creencia de cómo deberían ser las cosas. Date cuenta que estás yendo en contra de lo que está pasando Ahora, estás rechazando la experiencia de Vida como tal, en forma de persona o situación. Y eso, antes que a nadie, te lastima a ti.

Cada vez que esperamos que alguien o algo cambie para ‘poder ser felices o estar en paz’, le estamos otorgando a esa persona o situación nuestro poder

Cuando logras darte cuenta de esto, estás del otro lado, llegaste al paso 2. Estás reconociendo que estás enganchad@ o aferrad@ a una creencia. Es entonces cuando puedes liberarte del dolor, porque lo has hecho consciente, y cuando haces consciente un pensamiento, creencia, miedo, etc., le das luz y definitivamente le quitas todo el poder que éste tenía sobre ti. Pues lo estás mirando, ahora tú tienes el poder de elegir si quieres seguir sosteniéndolo o si eliges entregarlo a la Inteligencia de la Vida, ésa que jamás se equivoca, la que hace que tu cuerpo funcione para llevarte donde necesitas estar y aprender, siempre; la que mueve Universos y Galaxias. Cómo esa Inteligencia Suprema/Dios/Universo/Vida, da igual, no iba a estar a cargo de ti.

Ahora que te diste cuenta, reconociste y permitiste el dolor que te genera la expectativa, es decir, lo entregaste y perdonaste, alcanzas el paso 3: llegas a un espacio que siempre ha estado esperando por ti, un espacio de paz y vacío, vacío de ruido mental, de miedo, de juicios, creencias e interpretaciones; vacío de tiempo.

Y una vez que llegas ahí ¡EUREKA! ¡te has encontrado! has encontrado la verdadera Fuente de Vida, Amor y Dicha y no está afuera, ¡las has hallado dentro de ti! Y lo único que hiciste fue dejar de luchar contigo y tu sentir. Fue reconocer que quieres que algo cambie afuera y el dolor que te genera eso. Fue mirarte y aceptarte sin juicios, y con ello, aceptar lo que pasa, no desde la resignación, sino desde una mirada interna de acogida y bienvenida de ti, para ti.

Desde ahí, todo se ve de otra manera, encuentras una serenidad que no te ha dado el mundo nunca (ni te dará), tu mente se aclara, el miedo y el rechazo a la Vida se ha desvanecido. Querer cambiar al otro, deja de tener sentido.

Eso pasa cuando te atreves a mirarte, a ir con la Vida, a dejar de esperar y empezar a Vivir de verdad.

Te invito a aprender una nueva forma de Vida.

Por: Patricia Margain

Terapeuta y Facilitadora de Temas de Consciencia y Paz Interior